Hace no mucho tiempo me topé con un post en la que el autor reflejaba la opinión de un profesional de la educación canina en contra de César Millán, también conocido como El encantador de perros, y famoso gracias a su programa de televisión, en el que rehabilita a perros con problemas.
Lo cierto es que, como en tantas otras materias, no soy ningún experto en este sentido. Ni siquiera tengo perro. Pero me encantan, y soy seguidor del programa. Así que mi reacción fue la misma, o parecida, que la del autor del blog, que se hizo eco de la opinión exactamente para criticarla.
Lo cierto es que nunca me pareció que las actuaciones de Millán tuviesen nada que ver con el maltrato, y sí con educar a un perro que lo necesitaba por su propio bien. Un montón de gente ha podido leer aquella opinión contraria a Millán, y la gran mayoría de ellos la rechazaron, mostrando su apoyo a un hombre que ha despejado dudas y ha abierto el mundo de los perros a mucha gente.
Lo cierto es que, como en tantas otras materias, no soy ningún experto en este sentido. Ni siquiera tengo perro. Pero me encantan, y soy seguidor del programa. Así que mi reacción fue la misma, o parecida, que la del autor del blog, que se hizo eco de la opinión exactamente para criticarla.
Lo cierto es que nunca me pareció que las actuaciones de Millán tuviesen nada que ver con el maltrato, y sí con educar a un perro que lo necesitaba por su propio bien. Un montón de gente ha podido leer aquella opinión contraria a Millán, y la gran mayoría de ellos la rechazaron, mostrando su apoyo a un hombre que ha despejado dudas y ha abierto el mundo de los perros a mucha gente.
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